Los saludos de diciembre son una costumbre automática y es obvio que te deseo lo mejor... ¿¿cómo podría desearte algo malo??? Así que aprovecho mi espacio de saludos navideños para preguntarte:
¿Ya tenés listo tu “plan de éxitos” para el año que comienza? ¿Qué cosas querés alcanzar? ¿Qué es lo que deseas lograr? Con las resoluciones y los deseos de fin de año suceden básicamente dos cosas: o bien pedimos poco para no decepcionarnos o bien, ante lo que consideramos la desmesura de nuestros sueños, nos autocensuramos pensando que es imposible y nos limitamos a desearnos mutuamente más felicidad, prosperidad, salud y otras vaguedades que nada hacen por encender en nosotros la motivación que nos impulsa a la acción. Por eso, para este año que va a comenzar, permíteme desearte que este sea para vos, un año “imposible”.
Porque, para que pueda surgir lo posible, es preciso intentar lo imposible una y otra vez.
FELIZ 2008 !! (de verdad)
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